Volaba a Berlin e iba a verte, y en ese momento descubro "Oleo de mujer con sombrero"
(tuve que googlear porque aún se me complica el título) de Silvio Rodríguez. La escucho decenas de veces, e incluso transcribo la letra en las notas de mi móvil. Hoy todo cobra sentido. Y ya no quiero escucharla más, solo me permito cantarla por la calle cada vez que nos despedimos. Es mi pequeño ritual de sanación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario