Una de las cosas más bonitas de trabajar en el guardarropa es poder acariciar cada chaqueta cuando la cuelgo. Sentir las diferentes texturas y formas cuando busco la tira de la que colgar la chaqueta. Observar cómo los colores cambian con las estaciones del año y las capas aumentan y se reducen. 

También me gusta esconder objetos pequeños en los bolsillos de las chaquetas. Quizás es porque me encanta vaciar los bolsillos de mi ropa al llegar a casa. 

Lo último fue un mini árbol de navidad de plástico en la chaqueta de una niña. 

Te estoy dejando esto 

como una canción de Albert Pla

- Zula Ros -

Give me directions please

A mi lado una chica lee un libro titulado “Aristóteles para todo el mundo” y yo me pregunto si merece la pena que todo el mundo entienda a Aristóteles. Estaría mejor que todo el mundo entendiera a Samantha Hudson. Ángel va dormido con la cabeza entre mis piernas, en un tren de Hamburgo a Berlín. Yo vuelvo muy cansado y él también, pero habiendo recorrido caminos hacia extremos emocionales opuestos. Todo este texto viene para introducir esta foto: 

Soy adicto a producirme estados de éxtasis

adicto a emocionarme de emocionarme

a hacer una bola de emociones que rueda 

calle abajo hasta que llega al rio 

y me corro

Para hacerlo utilizo muchas estrategias

basadas en imágenes cinematográficas

o arte clásico rancio 

Soy todo fake 

Un fake fácilmente corruptible 

Él consume drogas. Así, con punto final. 

Esta mañana he pensado que una entrada perfecta para este blog sería algo así como:

Me gusta tomar zumo de naranja por las mañanas

cuando Ángel duerme en casa. 

Él no es muy fan del zumo de naranja 

pero a mí me encanta porque me recuerda a un monólogo de John Cage.

Además me encanta la idea de tomar zumo de naranja en copa de champán, 

me hace sentir como una pareja de jubilados en Benidorm.

O una pareja de alemanes en Mallorca.